martes, 7 de junio de 2011

Fabulas; biografias Y MAS....

Fabulas 


Tomas de Iriarte


El buey y la cigarra
Arando estaba el buey, y a poco trecho,
la cigarra, cantando, le decía:
¡Ay!, ¡ay! ¡Qué surco tan torcido has hecho!
Pero él la respondió: Señora mía,
si no estuviera lo demás derecho,
usted no conociera lo torcido.
Calle, pues, la haragana reparona;
que a mi amo sirvo bien, y él me perdona,
entre tantos aciertos, un descuido.



Moraleja:
¡Miren quién hizo a quién cargo tan fútil!
Una cigarra al animal más útil.
Mas ¿si me habrá entendido
el que a tachar se atreve
en obras grandes un defecto leve?





Felix Samaniega

LA CIGARRA Y LA HORMIGA

Cantando la Cigarra
pasó el verano entero,
sin hacer provisiones
allA para el invierno;
los fríos la obligaron
a guardar el silencio
y a acogerse al abrigo
de su estrecho aposento.
Viose desproveída
del preciso sustento:
sin mosca, sin gusano,
sin trigo y sin centeno.
Habitaba la Hormiga
allí tabique en medio,
y con mil expresiones
de atención y respeto
la dijo: «Doña Hormiga,
pues que en vuestro granero
sobran las provisiones
para vuestro alimento,
prestad alguna cosa
con que viva es te invierno
esta triste Cigarra,
que, alegre en otro tiempo,
nunca conoció el daño,
nunca supo tenierlo.
No dudéis en prestarme;
que fielmente prometo
pagaros con ganancias
por el nombre que tengo.»
La codiciosa Hormiga
respondió con denuedo,
ocultando a la espalda
las llaves del granero:
¡Yo prestar lo que gano
con un trabajo inmenso!
Dime, pues, holgazana
¿qué has hecho en el buen tiempo?
«Yo, dijo la Cigarra,
a todo pasajero
cantaba alegremente,
sin cesar ni un momento»
«¡Hola! ¿con que, cantabas
cuando yo andaba al remo»
Pues ahora, que yo como,
  • baila pese a tu cuerpo.»
Biografias

FRANCISCO DE QUEVEDO

Nació Francisco de Quevedo en Madrid el miércoles 14 de Septiembre de 1580, día de las llagas de San Francisco, por ello su nombre, según confesión hecha a su amigo Sancho de Sandoval y bautizado en la iglesia de San Gines en la calle del Arenal, el 26 de Septiembre del mismo año. Tuvo Quevedo 5 hermanos: Pedro, que fue bautizado el 11 de Febrero de 1577, siguió después María bautizada el 22 de Enero de 1578 y muerta a los pocos meses, el tercer vástago fue nuestro genial escritor a quien siguió Felipa, bautizada igualmente en San Ginés el 10 de Enero de 1583 y que profesó en el convento de las Carmelitas Descalzas de Madrid en 1598 con el nombre de sor Felipa de Jesús, siguió Margarita nacida en 1585, casada con Juan de Alderete, caballerizo de Su Majestad y, por ultimo, María, hija póstuma nacida a principios de 1586 y muerta, a los pocos años de edad, el 16 de Abril de 1605. Muere su padre Pedro Gómez de Quevedo a principios de Diciembre de 1586, volviendo su madre Maria Santibáñez a Palacio donde fue admitida en la servidumbre de la Infanta Doña Isabel Clara Eugenia.
Obras mas reconocidas La Torre de Juan Abad y caballero de la Orden de Santiago.

LUIS DE GÓNGORA Y ARGOTE

 Poeta español. Nacido en  una familia acomodada, estudió en la Universidad de Salamanca. Nombrado racionero en la catedral de Córdoba, Realizo muchas acciones permitiendole viajar por España. Su vida disipada y sus composiciones profanas le valieron pronto una amonestación del obispo (1588). En 1603 se hallaba en la corte, que había sido trasladada a Valladolid, buscando con afán alguna mejora de su situación económica. En esa época escribió algunas de sus más ingeniosas letrillas, trabó una fecunda amistad con Pedro Espinosa y se enfrentó en terrible y célebre enemistad con su gran rival, Francisco de Quevedo. Instalado definitivamente en la corte a partir de 1617, fue nombrado capellán de Felipe III, lo cual, como revela su correspondencia, no alivió sus dificultades económicas, que lo acosarían hasta la muerte.
En 1603 se hallaba en la corte, que había sido trasladada a Valladolid, buscando con afán alguna mejora de su situación económica. En esa época escribió algunas de sus más ingeniosas letrillas, trabó una fecunda amistad con Pedro Espinosa y se enfrentó en terrible y célebre enemistad con su gran rival, Francisco de Quevedo. Instalado definitivamente en la corte a partir de 1617, fue nombrado capellán de Felipe III, lo cual, como revela su correspondencia, no alivió sus dificultades económicas, que lo acosarían hasta la muerte.

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